martes, 12 de agosto de 2025

El eternauta: A la espera de los arcontes

 

El eternuta. Mi reseña se centrará más en el comic que en la serie. A medio camino de la afirmación del héroe combatiente por la propia comunitas y del héroe trágico que se abre a su propio refinamiento en la confrontación con fuerzas superiores; acaso menos sabias y ajenas a toda capacidad de amar. Veremos como la segunda parte de la exitosa serie de Netflix resuelve la complejidad narrativa del El eternauta...



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Juan Salvo es el protagonista de El eternauta y este relato gráfico una reflexión sobre la perspectiva del héroe en un tiempo apocalíptico. El guión presenta una enorme riqueza y sus potenciales lecturas operan en registros bien diversos. La diversidad de lecturas compendiara desde un punto de vista político y social hasta, incluso, registros soteriológicos y ontológicos en el contexto de la acción que se desarrolla. No debe pues extrañar que ante este comic de acción y combate estemos ante un reputadísimo comic argentino que se configura como un hito dentro del mundo del relato gráfico internacional. Tras la exitosísima serie de Netflix El eternauta el comic vuelve a estar de actualidad en tanto fenómeno de la sociedad global de masas. Esta reseña se centrará preferentemente en el comic, glosando su excelencia y hondura, en tanto referente de la serie.

La fama devenida ha lanzado a German Oesterheld, el guionista, a un merecido revival que transciende el mundo del relato gráfico. Centraré mi reseña, sobre todo, en la primera entrega de El eternauta que durante no poco tiempo, casi veinte años, fue la única. Por lo que se requiere a “los eternautas apócrifos” en los que cambia alguno de los autores originales los dejaré de lado. Considero que merecerían un comentario aparte.

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La primera entrega de El eternauta delimita su núcleo canónico y es la que consagra el gran umbral de calidad alcanzado. También es la que delimita los personajes. Las ulteriores entregas de la serie, a partir de la radicalización política de Oesterheld, introducirán cambios en el perfil del personaje de Juan Salvo acentuando su dimensión política… De ahí las diferencias que aparecieron entre el guionista, de un lado, y el dibujante y los editores, de otro, en relación a la segunda parte de El eternauta publicada varias décadas después. Tanto Solano como los editores entendían que se modificaba el cartograma del comic a partir de la radicalización política del guión. Con todo, las reflexiones políticas planteadas por el guionista en esa segunda parte de El eternauta suscitan cuestiones bien interesantes como la posibilidad del que quien lucha en justa rebeldía contra un poder tenebroso encuentre su límite en convertirse en el contraespejo de ese poder... Terminar siendo como la sombra con la que se combate en la práctica del horror… Solo esta reflexión redime la segunda aparte del El eternauta.

Oesterheld, para aquel entonces, ya militaba en Montoneros y estaba completamente implicado en la lucha revolucionaria. De hecho, la nota introductoria del propio Oesterheld a El Eternauta I, dando una pauta de interpretación y entendiéndolo como una vindicación del héroe colectivo, del héroe en comunidad diría yo, es de esa época. La nota no traiciona en modo alguna el comic original aunque basta leer el comic para entender que El eternauta es mucho más y ese será precisamente su genio y el genio de su guionista.

Juan Salvo como héroe humano profundamente humano se afirma y se entiende junto a sus compañeros siendo uno más -un hoplita más- en la comunitas a la que pertenece. Estamos muy lejos de la figura del superhéroe del comic anglosajón. Efectivamente, su propio proceso y el de sus compañeros va avanzando, paso a paso, hacia la cooperación en el combate arraigando en la necesidad de sobrevivir junto a los más cercanos y acogiéndose a esos vínculos de hermandad que nos facilitan ser. Con todo, habrá que ir más allá ya que el desafío de los ellos, los invasores, opera a muy diversos registros. Los ellos, los destructores de la civilización humana en la tierra, serán equiparados con el dragón de la leyenda de San Jorge; lo maligno que se combate… ¿Por qué Oesterheld los entenderá de ese modo?

En el combate desatado, Salvo, será también ejemplo del héroe trágico que queda confrontado con fuerzas que lo superan exigiéndole tal pugna su propia transfiguración. Así es, al héroe solo le quedará una transmutación íntima que le permita ir más allá de sí, salir de sí, para rehacerse. Este duelo interior lo abordará desde la memoria enamorada de su mujer y de su hija a las que buscará tenazmente para sortear el mundo de pesadilla prefigurado por los ellos. El ser humano para Oesterheld será por tanto incomprensible sin las redes de parentesco y de amor en las que se integra.

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Tras ese salir de sí Salvo quedará confrontado con la soledad cósmica en su pretensión de retornar a su Itaca más íntima. Estamos en una narrativa de ciencia ficción y, así las cosas, el guión recurre al arsenal de narrativas y metáforas propias del género … Lo ya acaecido, la invasión extraterrestre, no se puede cambiar pero sí que cabe un pasaje que permita volver a las horas doradas para hacerlas aún más intensas encontrando así la felicidad y el propio llegar a ser -gygnomai-. De eso se trata, de salvaguardar la propia felicidad. La felicidad del que, sencillamente, es en el amor de sus cercanos y entre los más íntimos. Con todo, Salvo no pretende un imposible retorno al pasado ni se deja coaccionar por nostalgia alguna vinculada a lo que ya dejó de ser. En la trama cósmica nada deja de ser y todo es en paralelo atendiendo a la diversidad de los mundos que son. El eternauta será iniciado a esta complejidad de lo real por otro resistente perteneciente a la estirpe extraterretre de los manos en la certidumbre de que el tiempo lineal que nos acoge no es más que la elaboración que nos hacemos para ordenar la propia existencia. La percepción del tiempo que tenemos es humana demasiado humana, y solo compone la sección de realidad desgajada de las múltiples realidades y de los universos paralelos que son. Desde la perspectiva del Todo un Misterio irreductible se expresa en los diversos mundos que son y todos ellos se remiten a ese mismo Misterio. De este modo lo real acogerá diversas líneas de tiempo que dan cuenta de las diversas posibilidades existentes. El Eternauta, en un acto de libertad suprema y desde su coraje, decidirá acogerse y viajar a la línea que le reporta la plenitud de ser; esa Ítaca íntima junto a los suyos.

Con la finalidad de poder alcanzar esas briznas de felicidad y plenitud quedará abierta la vía del héroe trágico y su porfía por acceder a la sección de lo real en la que viven su mujer y su hija. De lo que se tratará será de preservar la vida de lo que la violenta; primero en la guerra abierta contra los invasores extraterrestres y, después, en el peregrinaje trágico hacia esa Itaca sublime de su mujer y su hija indagando en los recodos del tiempo y de una realidad tan unitaria como diversa y compleja.

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Sobre los ellos decir que nunca terminamos de saber quien ha invadido, realmente, la tierra. Supondrían, al tiempo, un desplome ontológico como una presión extra a la vida para alcanzar su propia sublimación. De la mano de los ellos, en la invasión, aparecen diversos linajes extraterrestres que seran, en realidad, quienes gestionen la invasión. Estos linajes tendran capacidades varias pero actuaran con su identidad y voluntad completamente alienada y gobernada por estos invasores universales. Los hombres combatirán con esas razas que actuan teledirigidas por los ellos. Incluso los propios resistentes terminaran combatiendo contra hombres alienados por los ellos privados de voluntad propia.

Los ellos serán los intérpretes cósmicos de una praxis de alienación vital de las muy diversas estirpes existentes en el universo. Su disposición hacia la vida operará desde una tercera persona universal, arraigando en la ausencia, que solo pugnara por la quebradura de lo vivo y el colapso de lo que es real. No parecen tener otro interés que no sea el de la alienación de los vivientes que encuentran sometiéndolo todo a su control y a su peaje de sombra y degradación. Un manos, uno de los linajes extraterrestres que aparecen en el relato gráfico y también combatiente como él, le revelará a Juan Salvo el gran  propósito: Hacer valer la belleza frente al odio que los ellos sienten por todo lo bello. Se tratará, por tanto, de quedar confrontados con estos misteriosos opositores a la vida que alienan a los seres que son enajenando su vida. Para ellos esta praxis nihilista será un fin en sí mismo… Liberarse de su operar supondrá la afirmación del propio ser para sencillamente dejarlo ser.  Gobernando el cosmos los ellos desplegaran su arcontado contra el ser y la belleza. Combatirlos con garantías será inviable por ser los ellos invencibles en términos de fuerza y poder. Solo se les podrá vencer siendo iniciado en la urdimbre del cosmos para poder peregrinar por el mismo conociendo su complejidad. El combate por la belleza, por la libertad y por el propio ser tendrá como condición el desvelamiento del gran misterio cósmico.

Acogiéndose a tal misterio divisará El Eternauta el espíritu -el propio espíritu, el del cosmos, el de todo lo vivo- como esfera que se encarna en la libertad y el llegar a ser. El espíritu; la vida animada, la animación de la materia preñada de belleza… Tanto la voz latina de espíritu como el pneuma de los griegos aludirán al soplo vital que todo lo anima. La determinación del espíritu y de la vitalidad del cosmos generando belleza será lo que suscite el odio de estos arcontes empecinados en interceptarla. El manos iniciador será quien le transmita al eternauta la evidencia de la esfera del espíritu en tanto gran fuerza motriz del cosmos.

En estas claves soteriológicas y ontológicas será en las que descanse toda la estructura de El Eternauta apuntando a la vía del héroe en tanto gran combate por el ser. La serie se centra más en la resistencia contra la invasión apuntando a ese héroe colectivo; y lo hace muy bien. Basta con ver a Darín. Veremos cómo la segunda parte resuelve -o no-  la complejidad narrativa de El eternauta.

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